PROYECTO
Ubicación: La Soledad, Bogota - Año: 2012
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MEMORIA DESCRIPTIVA.
En el caso de nuestro proyecto, el rasgo principal es que se ejecutó en cinco casas de conservación diferentes aunque dentro del mismo barrio, animado por los mismos criterios y visualizado como una experiencia piloto para reciclar objetos patrimoniales de los años 40.
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En primer lugar es necesario establecer la identidad del concepto de Reciclaje, desmarcado conceptualmente del de Restauración, como tradicionalmente se ha visto.
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El Reciclaje implica transformación, y por lo tanto una hibridez en el lenguaje que es una de sus características o constantes principales. Es un lenguaje que se integra a otro preexistente. Obviamente es indispensable mantener aquellos rasgos que hacen que el objeto sea patrimonial, sin desvirtuarlos, con lo que los elementos a restaurar lo han de ser con todo el rigor técnico que eso exige. Entonces el criterio fundamental de abordaje del proyecto es la identificación del potencial de transformación del objeto para asimilar un nuevo uso, en este caso también de vivienda, aunque concebida con otros parámetros diferentes a los tradicionales. Esto ha causado que todo el proceso ha tenido siempre un carácter experimental, donde lo anti canónico es más frecuente que lo ortodoxo o convencional. De todos modos los procesos han sido filtrados cuidadosamente y finalmente avalados por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, que es la herramienta idónea con la que contamos para legitimar estos procesos.

La formulación de este proyecto nació a partir de experiencias de reciclaje individuales durante muchos años adelantadas en las áreas históricas de La Candelaria y en otros lugares de Colombia como Barichara, Villa de Leyva y Cartagena. En ellos se formularon los principios de restauración y reciclaje que después desembocaron en la propuesta del proyecto que presentamos ahora.
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Se reivindica el entorno ecléctico más allá de lo colonial y lo republicano, concentrándonos en un área relativamente pequeña de Teusaquillo, entre las carreras 16 y 24, y las calles 36 y 41, y en una arquitectura predominante de los años 40, siendo los objetos cuidadosamente seleccionados de 1937, 1948,1939, 1953 y 1945. En esta zona de la ciudad se generó una arquitectura híbrida, con influencias europeas de distintos orígenes, y la participación de urbanistas importantes como Karl Brunner, quien en los años 30 le estaba imprimiendo a la ciudad un concepto más cercano a la Ciudad Jardín de algunas urbes europeas, formulando trazados discontinuos y privilegiando el involucramiento del verde en los espacios urbanos, en medio de una arquitectura de importancia estilística. Pero esta visión de ciudad se vio trunca a partir de 1948, cuando circunstancias político sociales condujeron a la implantación de un modelo más norteamericano, basado en el crecimiento masivo y en una gran red vehicular que pronto se vio desbordada, pero sobretodo caracterizada por una fragmentación de la ciudad de sí misma, produciendo una gran compartimentacion.
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En la recuperación de estas áreas residuales como el sector mencionado de Teusaquillo vemos la oportunidad de restaurar el tejido urbano e integrarlo con las diferentes zonas, recuperando algunos de los valores de aquel entonces, en especial los relacionados con la revitalización de los valiosos objetos patrimoniales y por ende de la configuración urbana, todo ello asociado y enfocado a partir de un fenómeno de repoblación del barrio, distinguido por el advenimiento de una nueva población joven interesada en la innovación, la vida comunitaria de barrio, educada y propositiva, con diferentes paradigmas de movilidad alternos al vehicular privado, y que encaja de modo pertinente con el potencial de transformación de los inmuebles.
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De este modo, hemos abordado el proyecto de modo sistemático, estableciendo una estrategia que nos condujera paso a paso, despacio, hasta completar los cinco inmuebles que integran el proyecto, creando una economía mixta y alterna a la tradicional de bancos, fiducias e inmobiliarias, generando bolsas de asociados, vecinos con inmuebles potencialmente transformables pero venidos a menos, usuarios con intereses de participación ya sea como propietarios o como arrendatarios, e involucrando nuevos modos de vida más acordes con los nuevos tiempos.
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En este nuevo programa se destacan aspectos como la combinación de usos, debido a que el usuario al que está dirigido el proyecto tiene una tendencia a trabajar en casa; la integralidad de la espacialidad, en contraste con la compartimentacio'n de funciones y espacios de la arquitectura y sociedad originales, la participación en espacios comunes de las 25 unidades que componen el proyecto, la participación en espacios abiertos, buscando disolver las rígidas fronteras con el exterior, la obsesión por la luz natural y la altura de los espacios, más asimilada al significado original de la palabra "loft", que alude a 10ft, diez pies de altura, que era la altura de las bodegas industriales reconvertidas por artistas en los años cincuenta y sesenta en Estados Unidos, y cuyos rasgos influyen nuestra propuesta.
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En ella surge un componente importante que es la impronta de lo hecho a mano, connatural al rescate del oficio, a la naturaleza misma del reciclaje y de los materiales que se incorporan, tanto los restaurados como los nuevos que se interceptan con un lenguaje desnudo y atrevido para contrastar y complementar la arquitectura patrimonial. Igualmente, y como mencionamos antes, hemos apostado al usuario con un nuevo modelo de movilidad, en el que el carro privado, si bien no desaparece completamente, se ve relegado ante el uso de la bicicleta y el transporte público, lo mismo que el desplazamiento a pie, considerando un reforzamiento del uso del entorno urbano inmediato y de la noción de barrio.
SOSTENIBILIDAD INTEGRAL.
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El sector de Teusaquillo en el que se inserta el proyecto destaca por su coherencia arquitectónica y urbanística al mismo tiempo que por su valor patrimonial en estos dos aspectos, lo cual ha llevado a categorizarlo como un área especial de protección y conservación, involucrando la normativa pertinente. Este solo hecho obliga a que las propuestas que se formulen en ese entorno deberán atender un corpus de consideraciones entre las que se destacan el mantenimiento toda esa integralidad arquitectónica, y se preserven los índices de densidad previstos y muy cercanos a los existentes. Se trata de una zona de baja densidad que debe seguir siéndolo. En el punto de reducción del consumo de recursos naturales, podemos subrayar la importancia inherente al género de Restauración y Reciclaje de arquitectura, con toda los aspectos que involucra y que lo convierten en una alternativa no solo deseable y rentable sino necesaria para la salud de la ciudad. El reciclaje de arquitectura supone un gran ahorro en recursos naturales por la misma razón por la que el reciclaje en cualquier otra área del comportamiento humano también lo es. Siendo el de la arquitectura el menos conocido en nuestro medio.
El proyecto que ejecutamos tiene en cuenta un perfil de usuario que se adapta perfectamente al programa propuesto, y aunque es un nicho estrecho, consideramos que abrir el camino para este tipo de propuestas redundará en un crecimiento de ese nicho, que se caracteriza entre otros puntos por no ser una familia tradicional, sino personas solas o en parejas, complementando la saturación del mercado en vivienda para familias, aunque desmarcándonos de otras modalidades como el "apartaestudio". Deseamos subrayar la importancia de ese perfil en este apartado de sostenibilidad, la cuál no se entendería ni sería viable sin él. Igualmente, el planteamiento arquitectónico que contempla áreas y servicios de uso común, reduce el impacto de modo significativo. La unión de vivienda con trabajo aporta también en el gran marco, un importante cambio en la aparición o desaparición de espacios de trabajo, y en la movilidad urbana.
SOLUCIÓN ARQUITECTÓNICA.
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La solución arquitectónica empieza antes de que exista el objeto en sí, con el despliegue de una técnica para encontrarlo en el área definida con anticipación.
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Creamos una matriz con una serie de variables que combinamos para encontrar los objetos deseables de intervención, en la que se destacan la ubicación, los vecinos, la normativa del entorno, las posibilidades de transformación de ese entorno, la relación con los corazones urbanos que son el Parkway y el Parque del Brasil, y sobretodo el carácter y potencial del objeto, su interés como objeto patrimonial y obviamente su viabilidad económica.
Esto no quiere decir que otros objetos no sean susceptibles de este tratamiento, sino casi lo contrario. Hemos elegido objetos que consideramos idóneos para llevar a cabo el experimento piloto, pero este es replicable en otros e incluso en no patrimoniales.
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Dicho esto, procedemos a una profunda evaluación del objeto preexistente, e identificamos el alcance de su transformabilidad, sus límites aceptables de cambio.
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Liberamos todo aquello que no sea original, sin menoscabo de proponer ampliaciones a lo original. Establecemos un corazón del proyecto que normalmente es el vestíbulo original de la casa, al que le hacemos un tratamiento de espacio común donde se incorporan la espacialidad, la luz natural, la distribución a las unidades privadas, el acceso a los servicios comunes como lavandería. Es indispensable que cada unidad, entre 40 y 80 m2 construídos, tenga acentuadas propiedades arquitectónicas, resueltas en una sola claridad espacial, quitando más que poniendo, con acceso a algún área exterior de uso exclusivo, ya sea jardín, terraza o patio, con alturas interiores mínimas de 2,7 m, acento en la iluminación natural, y un lenguaje arquitectónico en el que se evidencia lo nuevo en diálogo con lo preexistente, aquello que lo hace patrimonial. Un lenguaje que se podría decir crudo o desnudo, donde la impronta de lo hecho a mano hace lo suyo.
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En esta visión de unidades mínimas, la percepción de amplitud y de habitar los atributos de una casa se logra por el tratamiento de integralidad espacial y los espacios comunes, además de la relación con los exteriores y el espacio urbano.
Se disuelven esas fronteras.
SOLUCIÓN ESTRUCTURAL.
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El refuerzo estructural de un objeto patrimonial representa un reto y una dificultad que de no resolverse adecuadamente puede llevar al fracaso o a la inviabilidad del proyecto.
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Tradicionalmente y desde que existen las normas sismoresistentes hemos debido incorporar aparatosos esqueletos metálicos o en concreto armado a los inmuebles, impactando de modo indeseable su espacialidad y atributos tipológicos, atendiendo los exigentes requerimientos de la norma y en casos estableciendo una disociación tal que podría decirse que el refuerzo sobrevivirá al sismo mas no aquello reforzado.
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Los arquitectos que trabajamos en el tema hemos estado intentando implementar nuevas formas de reforzar los proyectos sin que estos se vean abocados a dicha contingencia, y aunque aún no nos ha sido permitido el uso de avanzadas tecnologías ya en boga en otros lugares como Estados Unidos y Europa, consistentes en el involucramiento de fibras textiles de fibra de vidrio o carbono, sí hemos logrado que cumplan los requerimientos normativos el uso de platinas metálicas enzunchadas en los muros de mampostería no confinada.
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Este sistema consiste en la implantación de una retícula de platinas de unos 10 centímetros de ancho por dos o tres milímetros de grosor, distanciadas de acuerdo a los vanos de la construcción, aproximadamente un metro y medio unas de otras, atornilladas al muro, ancladas a una viga perimetral que se ha de fundir en la base de la construcción, y a otra que corone e integre el arranque de la cubierta.
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Hemos usado este sistema con éxito y en las fases finales del proyecto de 5 casas lo hemos dejado expuesto pues contribuye a la lectura del lenguaje deseado en el que se nota la intervención.
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Complementado con la restauración de la estructura en mampostería existente, y la de la estructura de la cubierta, así como de nuevas estructuras en metal o concreto pero ya no tan invasivas, se obtiene un conjunto armónico que se integra a los demás componentes arquitectónicos del reciclaje.
PROCESO CONSTRUCTIVO.
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Esta fase del proceso está íntimamente ligada con los pasos previos, y sobre todo con la identificación del predio, su adquisición, evaluación y gestión, de los cual hacen parte estudios exhaustivos de su origen, historia, condición actual, y otros aspectos, como los relacionados con los levantamientos arquitectónicos mismos, que involucran una conciliación entre las diferentes versiones y medidas, lo que es indispensable solventar para encausar los trámites oficiales.
La parte del estudio del inmueble conlleva una reformulación o adaptación de las configuraciones constructivas e incluso arquitectónicas, lo que se vuelve un elemento clave en el abordaje de este género, es decir la capacidad de improvisar y manejar circunstancias nuevas, sin que ello quiera decir ligereza en su tratamiento ni mucho menos.
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Los procesos constructivos implican un desarme prácticamente total del inmueble, con la salvedad de la estructura que se encuentre en buen estado, incluyendo los planos inferiores como pisos y redes de todo tipo, lo mismo que las cubiertas, y un nuevo ensamblaje de todo ello, presidido por el reforzamiento estructural, el cual está formulado de modo mixto, combinando pórticos y diafragmas metálicos o de concreto armado con enzunchamiento de muros y mampostería no confinada mediante retículas de platinas metálicas que se anclan a vigas periféricas inferiores atadas a la cimentación existente y superiores articuladas con los arranques de las cubiertas, cumpliendo así los requerimientos de las exigentes normas anti sísmicas.
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Se aíslan pisos, muros y cubiertas para incrementar su comportamiento bio climático, lo que combinado con una formulación espacial de gran integración contribuye a eficientizar ese comportamiento.
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Se elabora a partir de una noción de recuperación del oficio en su acepción arquetípica, de la incorporación de equipos humanos especializados, afincados tanto en la tradición como en las últimas tecnologías, materiales y procedimientos, y en la combinación de unos y otros para obtener estos productos híbridos con una identidad y un propósito únicos.
INNOVACIÓN.
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5 casas, un proyecto es una experimento de hábitat que integra los procesos constructivos y arquitectónicos con una postura filosófica de la cuál emanan los criterios que animan el proceso.
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Planteamos un proceso integral caracterizado por la innovación en todos los planteamientos y ejecuciones, aunque estos se producen a partir de la raíz más profunda que es el patrimonio y la tradición, intentando unir el pasado con el futuro, aportándole coherencia social y ambiental.
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Es una postura alternativa a las políticas masivas de construcción y desarrollo imperantes a partir de un modelo económico que ha conducido al debilitamiento de la identidad arquitectónica y urbanística.
Prevé una replicabilidad en entornos análogos pero también en otros no necesariamente patrimoniales, proponiendo el Reciclaje como una herramienta fundamental y no residual del discurso urbano y arquitectónico de la ciudad.
Se origina a partir de la marginalidad y tiene un carácter experimental y piloto.
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Se desmarca de la Restauración más purista, a la cual engloba, y subraya el código de Transformación que es su corazón e identidad. El solo hecho de reciclar la arquitectura supone una enorme economía en el uso de recursos, aportándole una importancia ecológica que sería de significativa magnitud al expandirse como práctica.
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Es un modelo autoalimentado que prescinde de bancos, inmobiliarias, agencias de publicidad, agencias fiduciarias y demás agentes, creando bolsas de interesados, inversionistas, posibles propietarios y arrendatarios, vecinos, para hacerlos confluir en un proceso que arranca, como se mencionó, desde un conjunto de criterios que conducen a la búsqueda de la casa a intervenir, formulación y trámite del proyecto y su ejecución, como parte de una cadena y de un solo proyecto del cual hicieron parte las 5 casas que presentamos. Es un modelo que se basa más en el potencial natural de los entornos arquitectónicos y urbanísticos que en las tendencias de explotación económica de los mismos, aunque se sitúa como una alternativa para inversionistas que se han atrevido a incursionar en un entramado más complejo, dilatado y hasta cierto punto imprevisible, pero que en el mediano y largo plazo rinde frutos cuantificables no solo en términos inmediatos monetarios sino en la puesta en valor de estos objetos patrimoniales.
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En el marco conceptual se ha buscado atenuar las fronteras entre lo privado, lo común y lo público, entre el interior y el exterior, entre lo arquitectónico y lo urbano, recuperando la importancia del paisaje natural y del urbano. Se ha perfilado un usuario atípico con definiciones culturales y económicas no equiparadas, es decir con un alto nivel cultural, pero con menor capacidad económica, que lo induce a integrarse a un proyecto de esta naturaleza pues responde a esa configuración económica cultural. También es un usuario sensible a la elaboración del diseño y a la arquitectura patrimonial, a la historia y a lo social, que tiende a trabajar en su sitio de habitación, que tiene una cosmovisión más integral y menos compartimentada, justamente como los espacios que se le ofrecen. Es un usuario que vive solo o en pareja, y que aún no conforma una familia o no la conformará, y que tiene otro esquema de movilidad urbana, donde el automóvil está en un segundo plano sin que esto quiera decir que se prescinde totalmente de él, pero si privilegiando los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público e incluso al no desplazamiento, como se explica por su tendencia al tele trabajo o trabajo en casa.
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El reflejo de este perfil de usuario es la formulación de un hábitat individual, parecido al Loft, de alturas altas, iluminado y ventilado naturalmente, lo que conlleva un comportamiento bio climático y energético eficiente, con una relación directa con algún tipo de espacios exteriores como terrazas, patios o jardines, y que comparte otros espacios y servicios con sus vecinos, que son pocos, 3 o 5, como áreas sociales, lavanderías, accesos, parqueaderos de bicicletas. Lo anti canónico, lo desnudo, lo ecléctico y lo crudo, también lo flexible, son rasgos que caracterizan el lenguaje de esta arquitectura alternativa. Flexibilidad y singularidad versus estandarización y serialidad. Es una arquitectura donde es más importante la calidad que la cantidad, y que se desmarca del concepto de los metros cuadrados como índice universal, para fijarse más en su singularidad y en aquello que proviene de su valioso pasado.
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Este usuario está hondamente integrado al barrio y a sus vecinos, con lo que la aproximación a su identificación pasa por el conocimiento de las dinámicas sociales y culturales del barrio.
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En lo constructivo el planteamiento está regido por la premisa del reciclaje de materiales también, lo que se encuentra articulado a la red de aprovisionamiento de dichos materiales en el entorno de las demoliciones de otras construcciones y también de las resultantes del objeto mismo. Lo no desechable es una premisa, lo que se encuentra obviamente complementado y contrastado por la incorporación de materiales y redes totalmente nuevos y un lenguaje que une lo uno con lo otro de modo franco y sin mimetismos.
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En suma, queremos señalar un nuevo camino, también inspirado por los trabajos de los pocos colegas que se han atrevido a incursionar en este género, así como por experiencias en otras partes del globo no sólo relacionadas con el tratamiento de los objetos patrimoniales sino con las nuevas formas de habitar, trabajar, pensar y existir que conllevan los nuevos tiempos, y que consideramos tienen un fértil potencial en ciudades cómo esta capital, donde grandes áreas centrales esperan su destino no necesariamente atadas a las políticas del densificar y de la construcción masiva, sino a la posibilidad de reinventar un tejido humano, social, cultural y físico, íntimamente atada a la identidad y al potencial del futuro.